En Oceánica te enseñamos a atracar con seguridad en puerto.
Algunos lo reconocen abiertamente, y otros no tanto, pero he aquí un tema que realmente preocupa tanto a aquellos patrones que acaban de obtener su título, como aquellos otros, que a pesar de navegar hace tiempo, no lo hacen con la suficiente frecuencia, o no tienen la oportunidad de practicar maniobras en puerto.
Las condiciones de salida las conocemos pero las de regreso, si la travesía es de algunas horas, nos vienen impuestas; por ese motivo debemos adecuar las decisiones de salir a nuestra experiencia y a la información meteorológica en nuestras primeras salidas.
“Más vale arrepentirse por no haber salido, que hacerlo por haberlo hecho”.
Recordemos que la taberna del puerto es un lugar muy agradable cuando las condiciones de viento y mar son duras, seguro que más agradable que el barco.
El asunto de atracar y desatracar en puerto es uno de los más recurrentes y que mayor preocupación suscita. Muchos patrones reconocen incluso no alquilar o comprar una embarcación por este motivo, o mejor dicho, por su falta de experiencia y la inseguridad que de ello deriva.
Además de las pautas que podamos aquí más o menos apuntar, ni que decir tiene, que nada sustituye a las horas de práctica en el mar. Desgraciadamente, las prácticas obligatorias para la obtención de titulaciones no son suficientes para adquirir la mínima destreza, por lo que no queda otra opción que arrimarse al barco y los pantalanes y no cesar en atracar y desatracar sobre todo cuando haga viento.
Conviene cuando salgamos de nuestro atraque ir tomándole el pulso. Eso podemos hacerlo nada más salir del atraque, situándonos en un lugar amplio de la dársena y realizando una ciaboga y marcha atrás. Así iremos comprobando si la hélice es levógira o dextrógira, calcular la arrancada del barco, tiempo de reacción, dureza de la dirección, etc.
También sabemos que no será lo mismo las maniobras en velero que en una motora con 1 o 2 motores, pero algunos de estos consejos serán comunes.
Atraque popa adentro
Antes de llegar al atraque podemos hacer un pequeño “check-list” mentalmente:
1- No improvisar. Preparar con suficiente antelación cualquier maniobra nos dará seguridad y aumentara notablemente la probabilidad de que esta se ejecute con éxito.
2- Observar. ¿De dónde viene el viento? ¿Cuando lleguemos al atraque por donde nos atacará el viento? ¿Intensidad del viento?. Sabemos que el viento incidirá principalmente en la proa haciendo que ésta se abata (vire movida por el viento). Por tanto, el viento transversal será nuestro principal enemigo. Si no conocemos el puerto, estudiaremos detenidamente el portulano (plano de detalle del puerto) para ver donde se ubican los pantalanes, si son flotantes para la maniobra y para la colocación correcta de las defensas. ¿Donde se ubica el muelle de espera, sondas (profundidades de las diferentes dársenas, etc.?
3- Decidir. Ya conocemos la intensidad y dirección del viento. Mentalmente hemos dibujado nuestro barco entrando al atraque y sabemos donde le incidirá el viento. Ahora tenemos que decidir cómo hacerlo: de proa, de popa recorriendo toda la lámina de agua, realizando una ciaboga,…Busquemos siempre la opción más sencilla y la más segura. Por ejemplo, si tenemos un viento de 30 nudos o más, y el viento nos va a atacar transversalmente, no lo dudemos ni un solo momento: atraquemos de proa, previendo el abatimiento que se producirá cuando iniciemos la maniobra.
4- Organizar. Debemos aprovechar a toda la tripulación para ayudarnos en las labores de atraque y desatraque. Les explicaremos pausadamente la maniobra y como pretendemos realizarla, y dispondremos a cada uno con una misión específica: una persona se puede encargar de preparar las amarras de popa y otro las de proa o de tomar la guía del muerto con el bichero si es el caso. Les advertiremos de cuál es la primera amarra que debemos hacer firme: por supuesto la de barlovento (por el costado donde viene el viento). Esto muchas veces se olvida incluso a los marineros de puerto, por tanto recordar que los patrones somos los máximos responsables de la maniobra, y no dudemos ni un solo momento en dar las instrucciones que fueran precisas al marinero que venga a ayudarnos en el atraque.
Situemos al resto de tripulación si la tenemos con una defensa en la mano. Podemos ubicar una persona en cada banda pero advirtiendo de que bajo ningún concepto coloquen las manos entre los barcos para separarlos. Un casco suele repararse con facilidad pero una mano no tanto… Las defensas pueden tomarse del extremo del chicote con suficiente franquicia y servir para situarlas allá donde aceche la posible colisión. El tener dos personas pendientes de la posible colisión o roce, reforzará enormemente la confianza del patrón y a buen seguro facilitará la maniobra.
Coloquemos las defensas en cada banda intuyendo la altura del pantalán. Si la desconocemos, coloquemos las defensas intercalando una baja y otra alta.
Si tenemos estructuras de obra muerta abatibles como capotas anti-rociones, pleguemos éstas para mejorar nuestro campo de visión y reducir asimismo el abatimiento. No es mal consejo preparar amarras en las dos bandas y en popa y en proa. Esto permitirá poder realizar cualquier tipo de maniobra así como estar preparados si tenemos que modificar la maniobra inicial. esto normalmente es muy útil cuando entramos en un puerto que no es el nuestro habitual, y que por tanto podemos desconocer donde nos van a colocar. Otra posibilidad es ir directos al muelle de espera y conocer así la ubicación que el puerto ha decidido adjudicarnos.
Atraque
Barcos atracados en puerto
5- Actuar. Ya tenemos todo dispuesto, toda la tripulación está debidamente aleccionada y estamos entrando entre puntas por la bocana. Ante todo debemos permanecer serenos y tranquilos. De nada servirá realizar movimientos bruscos, aceleraciones innecesarias, o gritar a la tripulación. Estamos seguros de nosotros mismos y vamos a realizar un atraque perfecto.
Si hemos decidido realizar una ciaboga cuando lleguemos al atraque, una buena regla será empezar a virar justo cuando nuestro mástil (en el caso de un velero), se sitúe en el centro del atraque. Recordemos dejar un cierto espacio de franquicia para no enganchar las guías con nuestra hélice.
La virada debe realizarse rápidamente y regulando la arrancada con el motor para evitar un desplazamiento lateral. Puede ayudarnos bastante, jugar con el acelerador como si se tratase de un doble embrague. Por mi experiencia, con ello aumenta la seguridad del patrón, al transmitir a sus manos un control absoluto de la arrancada del barco. En cualquier caso, yo siempre insisto en que ya antes de entrar jueguen constantemente con el mando, para hacerse con él y ganar seguridad de manejo. Una vez iniciemos marcha atrás, No perdamos de vista en todo momento la dirección de la proa del barco porque de esa forma conoceremos la verticalidad del barco respecto al atraque.
Si por cualquier motivo vemos que no estamos entrando bien, no dudemos en abortar la maniobra. Volvamos a salir y preparemos de nuevo toda la maniobra. Muchas veces insistimos en entrar el barco como sea y es un error. Recordemos que no dan premios por entrar a la primera y que lo importante es hacerlo con seguridad y sin daños propios y colaterales.
En Oceánica te preparamos para ello con clases individualizadas.