Escuela náutica: Navegar de noche

Spread the love

escuela náutica

En tu escuela náutica aprenderás que navegar por la noche tiene una serie de riesgos que nos obligan a tomar ciertas precauciones. De noche en el mar los sentidos se agudizan: Creemos ver y escuchar elementos extraños. La vista percibe fuentes luminosas muy débiles, que a la luz del día no lograríamos ver. Pero para conseguir esto, debemos dejar a nuestros ojos un tiempo de adaptación, que durará alrededor de tres cuartos de hora.

La visión se acostumbra a la oscuridad y entonces debemos tener cuidado, ya que cualquier destello puede reducir la capacidad visual considerablemente. En este momento se produce un efecto conocido como deslumbramiento. Este hace referencia a que durante unos segundos, se anula toda percepción de reflejos. Para evitarlo es aconsejable utilizar luces suaves en cubierta.

Además, durante la noche pueden aparecer, uno de estos tres defectos visuales. En tu escuela náutica te enseñarán a reconocerlos y combatirlos.

El primero, hace referencia a la miopía nocturna, problema que se le agrava todavía más a los miopes. De lejos, podemos ver las luces amarillas claramente, sin embargo, luces de tonos azules o verdes pueden aparecer borrosas. En la noche, la pupila se dilata, esto hace que el cristalino se ilumine y puede llegar a producir errores visuales.

El segundo defecto, lo conocemos como presbicia nocturna. Hace referencia al cansancio ocular y a una visión borrosa de todo lo que tenemos cerca.

Por último, el defecto de la zona ciega. Este está relacionado con la existencia de una zona totalmente ciega en el campo visual y que dependido de cada persona puede variar entre 1 y 5 grados.

Para mejorar la visión nocturna, en tu escuela náutica te enseñarán a dudar de los colores que se perciben y a no mirar directamente el objeto que queremos observar. Utilizaremos luces de color rojo para iluminar dentro de la embarcación.

Otros sentidos, como el del oído y el del olfato, se desarrollan durante las travesías nocturnas. Esto sucede como reacción del organismo, y trata de compensar los errores que puede producir la visión.

Todo debe estar correctamente colocado según hayas aprendido en tu escuela náutica (drizas, escotas, amantillos…) de tal manera que consigamos maniobrar sin miedo a equivocarnos. Las escotillas y grifos de fondo deben estar cerrados. Todo aquello que no vayamos a utilizar, deberemos quitarlo de en medio para evitar tropiezos. Lo más recomendado es que en el interior de la cabina sólo haya una tenue luz.

La función más importante del tripulante de guardia en la embarcación es mantener el rumbo marcado y asegurarse de que no existe ningún riesgo que amenace la navegación. Para ello se cuenta con diferentes ayudas. En tu escuela náutica te enseñarán a utilizar todos los recursos a tu alcance para hacer más sencilla la navegación nocturna.

Por un lado, está el piloto automático que se encarga de limitar nuestro trabajo. Nosotros solo nos encargaremos de comprobar de forma regular y periódica que todo va bien.

Por otro lado, tenemos las estrellas. Durante la noche, no podremos guiarnos por las olas, ni solamente por la aguja náutica iluminada, ya que si fijamos la vista en la aguja iluminada, los ojos se dañarán en pocos segundos. Así que deberemos marcar y seguir el rumbo con la ayuda de las estrellas. Alineamos una estrella con la proa, un obenque o una cruceta y, a partir de ahí, ese astro será la guía, siempre y cuando no cambiemos de rumbo. No podemos mantener esa misma estrella durante toda la noche por lo que después de unos minutos tendremos que buscar un nuevo punto de referencia. En tu escuela náutica te enseñarán los principios básicos de astronomía para que puedas guiarte con facilidad.

Durante la navegación nocturna, existen dos momentos especialmente peligrosos. El primero, hace referencia a los cambios de guardia. En este caso, los puestos de mando, pueden encontrarse desatendidos por segundos. La persona que sale de guardia tiene ganas de irse y el que se incorpora va lento ya que acaba de despertarse.

El segundo momento peligroso, llega con el amanecer donde el cansancio, el frío, los desayunos… hacen que la persona que se encuentra de guardia no esté en la mejor forma para hacer frente a los problemas.

En tu escuela náutica Oceánica te enseñamos a disfrutar del placer de la navegación nocturna con seguridad. ¡Ven y compruébalo!

Oceanica Náutica

Deja una respuesta