En toda embarcación es necesario que tengamos una serie de instrumentos operativos siempre a bordo para incrementar la seguridad ya sea mientras navegamos o estando parados en el puerto.
Uno de los instrumentos más útiles es un compás o aguja náutica. Da igual si nuestra embarcación es a motor o a vela; es necesario que tengamos un compás a bordo, ya sea para una navegación por la costa como para una de altura. Su misión principal es indicarnos en todo momento a qué rumbo, o lo que es lo mismo, en qué dirección estamos navegado. Podemos encontrarlos de distintos tipos. Si queremos encastrarlo en la cubierta, elegimos uno de bitácora central, pero podemos optar por uno portátil para tomar las marcaciones que necesitemos. Es muy importante que el que elijamos tenga la sensibilidad y estabilidad suficientes para que nos permitan un lectura fácil y fiable, ya que los movimientos longitudinales y transversales de la embarcación van a dificultar la lectura. Si además vamos a navegar de noche hará falta que esté retroiluminado.
Existe también el compás electrónico. Su principal ventaja es que puede darnos una lectura más cómoda que el normal debido a su pantalla de cristal líquido. Además, actúa como medida de rumbo digital para centrales de navegación y es un instrumento muy importante para el piloto automático.
Otro instrumento también muy importante para poder tener una navegación segura y sin sorpresas es la sonda, que mide la profundidad del fondo. Esta debe estar bien calibrada para decirnos cuanto fondo tenemos bajo nuestra quilla. Es necesario que estemos muy atentos a ésto, ya que de esta manera es mu difícil que nuestra embarcación quede varada o embarrancada. Existen muchos tipos de sonda y por eso su precio es variable. En la actualidad, podemos encontrar sondas con visión 3D del fondo, con pantalla a color, e incluso algunas que no solo nos enseñan lo que tenemos debajo de nuestro casco, sino que pueden ver el fondo a proa de nuestro barco para detectar una piedra o cualquier obstáculo sumergido que amenace nuestra navegación.
Si queremos saber el rumbo preciso que debemos llevar para llegar a un punto exacto, es necesario que llevemos un GPS fijo o portátil. Este nos indica la posición exacta en la que estamos en la carta, e incluso puede estimarnos a qué hora llegaremos a puerto. Con ellos definimos waypoints para crear nuestras rutas. Los GPS fijos los podemos conectar a los plotters, a las centrales de navegación…
Dentro del grupo e instrumentos básicos de navegación, también se encuentran las correderas. Necesitamos saber la velocidad a la que navegamos para poder calcular las posiciones en la carta. Además, suelen incluir también distancias recorridas que se pueden programar. El GPS también nos da la velocidad de navegación pero con dos fuentes de información redundantes incrementamos la seguridad.
La radio VHF es imprescindible para comunicarnos con otras embarcaciones, con la estación costera, con los puertos y con salvamento marítimo. Nos sirve tanto para pedir información, como para solicitar consejo a capitanía en la entrada de puertos desconocidos y lo que es más importante, en caso de emergencia, para poder pedir ayuda. Aunque estemos navegando cerca de la costa, la radio VHF jamás debe ser sustituido por un teléfono móvil. Además es de obligada escucha el canal 16 que nos da información de cualquier vicisitud que pueda afectar a la navegación.
Si nuestra embarcación es un velero, un instrumento muy importante será el anemómetro. Su principal función es indicarnos la velocidad del viento. Existen unos que además, vienen equipados con veleta, encargada de decirnos la dirección del viento respecto de nuestra embarcación.
Sin embargo, si lo que queremos saber son las condiciones meteorológicas que vamos a tener, es necesario un barómetro. Este se encargará de indicarnos los cambios climatológica de una manera muy precisa. En la actualidad pueden registrar hasta las variaciones de la presión atmosférica y lo que ellos conlleva.
El mejor ayudante que podemos llevar a bordo es un piloto automático. Cada vez son más económicos y seguros. Mantienen la embarcación a un rumbo prefijado y constituye una excelente ayuda para las largas travesías y para la navegación en solitario. Consiste en un servomotor de poca potencia que va moviendo la pala del timón al rumbo deseado de forma continua.
El radar es el instrumento que nos permite saber qué nos rodea cuando nos encontramos en situaciones de baja visibilidad. Esta puede deberse a lluvia, niebla, la oscuridad de la noche… Además, con el radar podemos averiguar que rumbos y que velocidad llevan otras embarcaciones, a qué distancia nos encontramos de la costa e incluso de otros barcos y si estamos en rumbo de colisión para maniobrar adecuadamente en previsión de abordajes.
Por último, no podemos olvidarnos del plotter. En su pantalla de cristal líquido podemos ver la carta náutica de nuestra zona de navegación, nuestra posición exacta y el rumbo que hemos ido siguiendo. Jamás deberá sustituir a una carta tradicional, ya que éste puede sufrir problemas electrónicos o estar desactualizado.
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