En el mar no hay más que una extensión aparentemente infinita de agua, y por ello, para posicionarnos, tanto con GPS como con el sextante, solo podemos usar como referencia la carta náutica, que es un mapa de tipo mercatoriano cuyos elementos representados vienen referenciados en coordenadas de Latitud y Longitud expresadas en grados, minutos y décimas de minutos.
¿Cuál es la ventaja de medir en millas náuticas en la mar en lugar de en kilómetros?
Dado que en las cartas náuticas las escalas están representadas en grados, minutos y décimas de minutos, las millas marinas o millas náuticas son la unidad de medida de distancias más lógica, ya que es justo la medida del arco correspondiente a un minuto de grado de meridiano terrestre. Sabemos que un grado tiene 60 minutos, y por tanto cada cambio de grado en la latitud equivale a moverse 60 millas. La sexagésima parte es un minuto de arco y equivale a una milla náutica. Como un cuarto de perímetro de la Tierra equivale a 90 grados y mide 10.000 km, 1 minuto de arco de ese arco de perímetro terrestre equivale a 1.852m (10.000 km / 90 grados / 60 minutos = 1,852 km = 1.852 metros). Por ello es la mejor unidad de medida en la mar.
Existe también la milla terrestre o estatuaria, que es en la que vienen marcados los cuentakilómetros de los coches americanos (mph, millas por horas) y no tiene nada que ver con la milla marina. Se trata de una medida caprichosa, equivalente a 1.609 metros. La milla terrestre la dividen en 1760 yardas o también en 5280 pies, que es como miden las profundidades los instrumentos anglosajones (recuerden las películas de submarinos). ¿Por qué? Pues por eso, porque son así los estadounidenses….
Pero volvamos a nuestra milla marina. El primero en sugerir la utilización fue un abad de Lyon en Francia allá por 1670. El padre Gabriel Mounton pensaba que todo el mundo acabaría tomando esta unidad de distancia como medida universal, dado su origen lógico y útil. Se equivocó, aunque solo parcialmente, pues todos los navegantes del mundo la utilizan por lo motivos justificados, y de ella se sacaron los nudos, que no son más que millas náuticas por hora, la unidad de medida de la velocidad en la mar.
En los barcos antiguos se llevaba un dispositivo de medida de la velocidad, la corredera mecánica, consiste en un largo cabo en cuyo extremo se alojaba una tabla que al tirarla al agua se quedaba frenada por la resistencia que ejercía y empezaba a tirar de la cuerda, la cual tenía cada cierta distancia un nudo (uno cada 7.72 metros). Para saber la velocidad del barco, se tiraba la corredera al agua y se cronometraba durante 15 segundos la cantidad de nudos que se iban al agua. El número de nudos que se iban al agua eran justamente la velocidad del barco.
En Oceánica (tu escuela náutica en Valencia) podemos enseñarte muchas otras curiosidades entre otras cosas.