En Oceánica, tu escuela náutica en Valencia, te enseñamos a prevenir los factores de riesgo de mareo. Te explicamos sus causas y medidas para prevenirlo.
Para poder mantenernos de pie y no caernos, el cuerpo necesita un equilibrio. En el oído interno, tenemos un sistema que se encarga de detectar nuestras referencias espaciales y todos y cada uno de nuestros movimientos. Este sistema funciona como su tuviéramos un burbuja, la cual se encarga de saber cuando estamos en horizontal.
El cerebro, es el encargado de calculas los movimientos que debemos hacer para quedarnos en la posición que queremos tener. Estos cálculos los realiza a través de los datos que le llegan de la burbuja de oído. También, emplea los datos que vienen de los músculos de las posiciones especiales de nuestras extremidades y en especial de los ojos.
Causas del mareo
Cuando estamos en el mar o haciendo algún deporte aéreo, los movimientos de nuestro cuerpo producidos por la marea del barco, no coinciden con la información que nuestros ojos o músculos envían al cerebro. Sin embargo, mientras subimos una escalera, todo va perfectamente ya que los datos que envían los ojos y los músculos concuerdan con los del oído.
En el mismo momento en el que el cerebro se da cuenta de esta incompatibilidad, detecta que hay un problema pero no sabe cuan concretamente. Si somos capaces de ser conscientes de esta incoherencia, podemos intentar descartar los datos inválidos. Si por el contrario, no podemos, nuestro cerebro cree que algo en el oído no funciona bien. La sensación de que algo no funciona bien en los sensores de posicionamiento espacial, es lo que denominamos mareo. Cuando al cerebro le llega información contradictoria, el sistema nervioso central reacciona activando las nauseas.
Una infección en el oído interno o cualquier tipo de problema en este órgano, nos puede producir vértigos, da igual la posición que estemos o donde nos encontremos. Si pasado un tiempo no se nos pasa, acabaremos vomitando y esto hará que se pueda relajar el estrés acumulado, pero no en su totalidad.
Para conseguir superar esta situación tan molesta, bastará con que hagamos un esfuerzo y sigamos mentalmente los movimientos de la embarcación mientras fijamos nuestra mirada en el horizonte. De esta manera los movimientos del barco coincidirán con lo que nuestro cerebro sienta.
Los principales síntomas son la sensación de flotar, cambio de color de la cara a un tono más pálido, náuseas… entre otras. Además, puede aumentarnos el ritmo de la respiración, puede aparecernos dolores de cabeza, se nos puede revolver el estomago…
Hay una serie de consejos bastante útiles para evitar el mareo. El componente psicológico influye mucho eso sí, lo hace de la misma manera para bien que para mal. Si subimos al barco pensando que seguro nos mareamos porque siempre nos sucede, es muy probable que esto ocurra. Si por el contrario subimos con la tranquilidad de que no nos vamos a marear porque nos hemos tomado la medicina, las probabilidades de que esto ocurra disminuyen.
En cuanto al tema de la bebida, es imprescindible que no consumamos nada de alcohol (da igual que ya estemos embarcados). No deberemos tomar nada estimulante para el sistema nervioso central, el café está incluido.
Por otro lado, es necesario acceder al barco con el estomago lleno, pero nada de comidas copiosas. Durante la travesía, ayuda mucho a prevenir el mareo tomar trozos de manzana con cierto espaciamiento y finalmente, si se es propenso al mareo, Habrá que recurrir a las pastillas antimareo, pero antes de embarcar. Una vez producido el mareo dejan de ser efectivas.