Una discusión que se lleva manteniendo durante años y que aún continuará bastantes más, nos lleva a preguntarnos qué es mejor, si un monocasco o un catamarán. Ambos, tienen sus ventajas, pero también sus inconvenientes.
En los últimos años, el mercado de catamaranes de crucero ha ido en aumento en países como Francia e incluso en Estados Unidos. Sin embargo, en algunos sitios, como Sudáfrica, los catamaranes ya existían desde hace muchos tiempo, de hecho se ven muchísimos por esas costas. Esto nos hace pensar que en cuestión de tiempo también se equilibrará aquí en España. Siempre y cuando los amarres de los puertos e actualicen y nos lo permitan.
Los catamaranes no escoran nada y gracias a esto, hacen muchísimo más placentera la navegación en casi todas las circunstancias. La velocidad media que puede llegar a alcanzar u catamarán a igualdad de eslora que un monocasco, es bastante mayor, lo que nos permite hacer recorridos y travesías en menos tiempo.
En un primer momento, se tenía la equivocada idea de que al llevar dos cascos, estos deberías producir más rozamiento y algunos problemas hidrodinámicos. Sin embargo, se ha demostrado que es posible fabricar las carenas con una forma más alargada y el balance final es que navegan sobre un 15 o un 20% más rápido que los monocascos (ambos con los mismos metros de eslora).
En lo referido al tema de la habitabilidad, un monocasco no tiene nada que hacer. Ya no solo en cuanto a espacio, si no que los catamaranes son más luminosos y están mejor ventilados, además de que gracias a sus ventanales, nos dejan unas vistas preciosas desde el interior.
En cuanto a la navegación, el catamarán también tiene ventajas. Cuando vamos a fondear, el bajo calado de estos, nos permite acercarnos mucho más a la orilla. Incluso, puede pasar por sitios que con un monocasco no podríamos ni pensarlo.
Es bastante difícil que un catamarán vuelque, ya que está diseñado de tal manera, que el palo se rompería antes de que nuestra embarcación pudiera llegara volcar. Sin embargo, cuanta más anchura tenga nuestra nave, más estable será. Aquí gana el monocasco en condiciones de viento fuertes, pues el catamarán tenderá a la desarboladura si no recogen las velas a tiempo.
Pero el monocasco también tiene sus ventajas, entre ellas, la más importante, el precio. Da igual el catamarán que elijamos, que siempre será más caro que un monocasco, ya que lleva más trabajo y sus materiales de construcción son más costosos. Además, el amarre también es más barato, ya que un catamarán exige más superficie en puerto (el doble de manga); el resultado es que en puerto pagamos como dos amarres.
Otra ventaja es la forma clásica de navegar del monocasco con sus escoras, que evoca a la navegación clásica. Para el navegante puro no se puede comparar con el catamarán.
Si pretendemos salir a navegar con niños, los catamaranes son muy cómodos, ya que todos los espacios están siempre nivelados (en especial las mesas, comprobaremos que no hay ningún vaso, ni nada volcado). Además, si los niños son muy pequeños, conseguirán que no rueden en las camas.
En fin, parece que el catamarán está más enfocado a la explotación chárter de turistas no muy experimentados o que buscan la comodidad, mientras el monocasco tienda a satisfacer las necesidades de los más marineros.
En tu Escuela Náutica Oceánica da igual lo que elijas, nosotros te enseñamos a que disfrutes navegando en cualquiera de las dos embarcaciones. Ven a conocernos y apúntate.